Wednesday, December 27, 2017

de los blogs

Una nota rápida del año 2004 y de sus blogs. No les voy a hablar de Xanga, porque aquello era un universo aparte por sí mismo, pero sí les quiero hablar de unos blogs que eran incluso mejores: los que no tenían audiencia. Los que eran (como Nydia algún día los describiera) exactamente lo mismo que una hoja nueva del Word que nadie iba a leer, pero colgados en Internet.

Uno de ellos era el blog de Kurt Online, un madrileño que no era nadie excepcional (esto será un no-adjetivo sí-recurrente más adelante) pero a través del cual conocí la magia que tienen en España para crear textos profundísimos viniendo de situaciones muy cotidianas. Una clase enorme para ahondar en los detalles de aquellas cosas que hoy no consideraríamos ni por atisbo describir porque le restan ritmo a la velocidad de lo que hoy se estila en el micro-blogging. A continuación un muy breve pasaje, porque el Jonathan de hace 14 años tenía la magnífica costumbre de enviarse algunas entradas por correo para leerlas más adelante:

"(...)un lugar precioso, céntrico y con auténtico encanto lisboeta, a juego con una auténtica cama de los gnomos. De metro ochenta de largo por un metro de ancho era el lugar donde Kurt (1,83m, 92 kg) y Nate (1,89m, 91kg) se suponía pasarían 4 noches. Y lo conseguimos, vaya si lo conseguimos. Aunque, haciendo cuentas posteriormente, descubrimos que nos habría salido más barato ir al Sheraton Lisboa que la pila de sesiones de fisioterapeuta y shiatsu que necesitamos para volver a tener las vértebras (más o menos) alineadas.
The Hempel (Londres) es un palacio en Kensington (cerca de donde vivía la que se murió), decorado a la japonesa, todo blanco, minimalista y zen. Cada (carísima) habitación tiene (y no exagero), entre sábanas, toallas, cojines, edredones y mariconadas en telas varias, unas doscientas unidades. Y en el baño todos los productos son de Kenzo, hay sala de tai-chi, zonas de meditación y un jardin de piedras disponible para hacer lo que sea que se haga en él. Es como 2001unaodiseadeleespacio en un palacio del siglo XIX, y con mogollon de ikebanas además. Aburrido es poco, así que tirando de taxi, me lancé a descubrir los antros nocturnos más desquiciados y desrecomendables de esa ciudad (sí, ¿qué pasa? A veces me da por ahí, ¿algún problema?) . Cuando llevé a mi ligue (de aquella única, sucia y londinense noche), el clásico hooligan bestia, malencarado, bronco y desechable, al Hempel, nada más entrar en el vestíbulo impoluto se le pusieron los ojos como platos y me miró con una cara del tipo "Oh, Dios mío, eres un marciano, esta es tu nave nodriza y voy a ser abducido. Ten piedad de mi!!!!". Eso sí, el educadísimo y fantasmagórico personal del hotel ni se inmutó cuando me vió aparecer con semejante integrante del Londres más patibulario."
El tema es que Kurt "desapareció" de la escena por allá del 2006, a sus 29 años. Con una saludable cantidad de lectores que se reflejaban en una media de 50 comentarios por entrada. 50 comentarios que eran realmente comentarios, con una longitud que para nosotros eran apenas párrafos pero que hoy consideraríamos e-mails enteros. Lo que atrás cito de su entrada respecto a los hoteles en que tuvo que hospedarse en unas vacaciones apenas llega al 15% de la totalidad de un texto que ahora mismo he vuelto a leer a totalidad porque vale la pena, porque cada adjetivo cabía, y si no cabía no había mayor problema porque lo mismo le dedicamos dos horas a leer cada entrada y dos horas a leer los textos de los demás.

Ahora, y respecto a la contradicción: anteriormente dije que aquellos blogs no tenían audiencia y después digo que a Kurt lo leían 500 y le comentaban 50, pero es que era (y aquí me falta cabeza para explicarlo) otro mundo. Otro tiempo. Uno no escribía por likes y retweets, escribía porque la medida de satisfacción no era la reacción causada en los demás, sino la comodidad personal con el texto resultante. El apreciar si lo escrito al final era semejante con lo que inicialmente se quería dejar plasmado y hasta entonces (y no antes) celebrarlo. Y estoy muy consciente de que lo anterior no es llanto nuevo y que decenas habrán apuntado ya lo mismo que lamento yo, pero es que es cierto: el blogging murió una muerte tristísima a comienzos de esta década.

Luego había otro, un estadounidense llamado Roland que trabajaba en una carnicería en Oregon y tenía una página personal donde las entradas de su blog estaban convenientemente categorizadas en apartados como drogas, "rants" (mis favoritas, claro), familia, lo de índole laboral y todo eso, creando una experiencia hoy aseguro incomparable de seguir con detalle la vida y pensamientos de una persona que percibía un salario mínimo, consumía drogas en plan esparcimiento, presentaba un racismo moderado por vivir en una zona mayormente latina pero todo esto presentado sin una "agenda" personal qué impulsar. Hoy por supuesto que podría conseguir encontrar en diez minutos la cuenta en Twitter e Instagram de una persona que trabaje en una salchichonería pero únicamente obtendría el contenido cuidadosamente curado de un usuario que antepone principios modernos de imagen y corrección social por encima de pensamientos auténticos que pueda revelar sin mayores miramientos.

Y es que eso somos ahora. Podría aquí reparar y compartir las razones por las cuales he compartido ese video en Facebook o aquella fotografía en Twitter y existe una razón tristemente innatural que no proviene de un transparente deseo de comunicar algo respecto a mi, sino (y esto en hipotético) causar x reacción en y persona, o empujar (a veces con deprimente ordinarismo) lo que política o socialmente yo considero la verdad™, o lo que el grupo con el que empatizo entiende por correcto. 

Quedan ganas de hablarles de un montón más, pero al final el resumen no cambia nada. Esto es más bien un pequeño paréntesis personal para recordar a Ernesto, a Cina, a Kurt, a Roland, a Maddox, a Absoluto y a un montón más que de corazón duele haberles perdido el rastro, y a quienes con certeza les pienso y les deseo que las cosas hayan ido lo suficientemente bien como para olvidarse de los blogs para siempre.

(Jonathan: releer esto y darle mejor formato, porque le falta).
(Jonathan: ya releí esto la madrugada del 08 de Abril del 2020 y estás muy equivocado. El texto está bien tal y como está)


2 comments:

juliana said...

Oh!! Great thanks to share this with us

E.P. said...

Yo tampoco he sabido volver a encontrar mi sitio. Los tártaros han arrasado internet. Antes podías escribir una página sabiendo que nadie te iba a leer, pero podías sentir el silencio y era un silencio agradable. Hoy solo queda ruido.