Saturday, July 2, 2011

Ustedes no me representan.

No en un plan relacionado a la elección local que vivimos en Coahuila, pero durante la semana pasada estuve leyendo -casualmente, insisto- Leviathan de Hobbes por recomendación cruzada de Google. Atravesé la totalidad del libro mascullando en voz baja hasta dar con las conclusiones en las cuales Hobbes describía al soberano de su ¿proyecto de nación? como la voz de su pueblo (algo que antes había visto ya en la Biblia), voz con la que el pueblo a su voz no podía disentir. Una premisa flojilla que hoy todos podemos rechazar con facilidad tachándola de cuanto adjetivo nos venga a boca. La imaginaria consolidación de esta forma de autoridad temporal alternativa que negaba al individuo esta clase de libertad contrastaba con la noción de libre sociedad moderna que el Leviathan perseguía.
Hoy en día nos podemos preciar de que en nuestra sociedad el sentido de individualidad y la distención respetuosa conforman sus -discutiblemente- más grandes cualidades.

Mientras pensaba en el contraste moderno de las palabras de Hobbes, me tocó escuchar a Leopoldo Leal, titular del IEPCC, decir en la radio con notorio mecanicismo en la voz que el Instituto de Participación Ciudadano de Coahuila (nuestro mini-ife) representaba la voz del pueblo coahuilense. No soy bueno comunicando énfasis al escribir pero lo que realmente me interesaría describir adecuadamente es el autotune de la voz de Leal al hacerse llamar portavoz del pueblo. Lo dicen con la certeza de que la línea esta bien dicha, y en realidad no lo esta.

Lo que haya dicho Leal a final de cuentas no tiene mayor relevancia en tanto, tal como nos tocó verlo a través de la televisión, las limitantes del sujeto son muchas y muy grandes. No podemos culparlo por haber sido llamado a desempeñar una función para la cual su capacidad no es suficiente. Lo que realmente desanima es que los servidores públicos vivan con la certeza de que nos representan y que lo hacen bien.

Hace quince días me acerqué a la casa de campaña de Guillermo Anaya en Saltillo para ofrecer en disposición mi tiempo para apoyar en lo que me fuese posible. En el fondo me movía una curiosidad por enterarme de primera mano por quién pretendía votar y quién estaba detrás de lo que veía. Fui recibido con amabilidad por personal empleado en la campaña del candidato del PAN y lo primero que llamó mi atención fueron los comentarios respecto a la cantidad de artículos publicitarios que se habían adquirido: una sobrecompra de material electoral como camisetas, stickers, banderolas, mantas, lonas que iban desde el piso hasta el techo en un área de casi 80mts cuadrados. La preocupación principal hace quince días era distribuir ese material antes que se convirtiera en basura. Hoy sábado todo ese material (mas el que ya se distribuyó) es basura.

A partir de allí me di cuenta de que aunque Acción Nacional sea un constante detractor de la vieja guardia priísta, no representaba mi sentir y mi manera de ver la situación del país. A través de meses de campaña (y meses de precampaña) en Coahuila atestiguamos un proselitismo partidista digno de 1960: La guerra político-proselitista de PRI y PAN se limitó a un tiraje de millones de volantes, camisetas, lonas y stickers que, insisto, mañana no servirán de absolutamente nada.
IEPCC autorizó un total de 24 millones de pesos para los gastos de campaña, entre los partidos políticos con registro en la entidad.


De esa cantidad, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió 11 millones 689 mil 54 pesos, siendo el más beneficiado; seguido por Acción Nacional (PAN) con cuatro millones 505 mil 743 pesos. (vía Vértigo)
Sobra decir la opinión que el PRI estatal me merece, y ofendería a más de cinco si les explicara lo que en mi parecer es el perfil promedio del ciudadano que votará por el PRI mañana Domingo. Francamente no me interesa hablar del PRI porque no veo en ellos posibilidad de transformarse en el "nuevo PRI" que tanto anuncian, pero sí  quiero hablar del PAN abusando de que gracias a Twitter me honro en saberme leído por el titular de comunicación social del partido por el que voto: Zitamar, así no se lleva una elección.

Seguramente no diré nada que ustedes no hayan ya razonado por ustedes mismos antes, pero estoy convencido de que no soy el único que se siente decepcionado del PAN por haber apoyado bajezas del tamaño de la tarjeta "La Cumplidora". Estoy seguro que no soy el único que condujo por V. Carranza y se sintió ofendido por haber visto verdaderos PANDILLEROS repartiendo volantes del partido político por el cual vota. También estoy convencido de que ningún panista que se precie de serlo comulga con la idea de comprar el voto. No lo olvidemos: la principal característica del PAN que nos dejó Clouthier era no parecerse en ningún sentido al PRI que nos dejó López Portillo. Y cada vez en Coahuila los imitamos más.

¿Post muy largo? Lo resumo aquí: el PAN recibió 4 millones y medio de pesos para una elección que perdió. La mayor parte del dinero se utilizó en camisetas y stickers cuando estoy convencido que si ese dinero se hubiese utilizado en un proyecto PEQUEÑÍSIMO pero que perdurara más allá de hoy Sábado se hubiera logrado una mayor intención de voto de los coahuilenses. Una calcomanía no cambiará la intención de voto de nadie. Planta árboles en la montaña que se quemó el mes pasado y tendrás mi voto y el de montón de gente.