Saturday, September 17, 2011

Intento de ser breve:

Una buena amiga cumplió hace unos días sus 18 años. Es hoy una de las personas con las que más paso tiempo, y yo le soy también una de sus compañías más constante (aunque ella, pequeñita como es, dudo que haya aún reparado en ello). En virtud de haber sido este último año honroso responsable de explicarle qué es una factura, cómo funciona un fideicomiso, dónde estan las prostitutas y para qué sirve una auditoría, pues estuve pensando qué consejo realmente útil podría darle yo a alguien que aún no nacía cuando yo ya estaba delante de una computadora.

El consejo es no cometer el error de querer vivir o repetir la vida de otra persona que nos hizo el aparente favor de cometer errores para salvarnos a nosotros de cometerlos también. Pasados 26 años me doy cuenta que mis gustos no son mis gustos sino el conjunto de actividades y objetos permisibles que por semántica no pertenecían a aquello que alguien más llamó por mi "mal gusto". Tarde para dar marcha atrás y permitirme gustar los libros que no leí, la música que no escuché y la gente que no conocí por enaltecer los prejuicios de individuos que por admiración a ellos consideré justos y fundamentados. Temprano para recomendarte a ti caer personalmente en cada error que puedas permitirte.

Leído como quedó escrito suena como si tuviera resentimiento contra las personas de mi juventud. Al contrario.. agradezco se me hayan mostrados prejuicios desde una edad temprana que a final de cuentas la responsabilidad de guardarlos es solamente mía. Hoy me llevo "de tu" con mis prejuicios, que fueron quienes me sacaron de encima la posibilidad de cometer tantos errores. Y ese caminito previamente pavimentado diseñado para equivocarse lo menos posible es lo que sí lamento.