Friday, June 24, 2016

Junio, días después del festival de música.

El tema de escribir es que, si no lo practicas, terminas escribiendo de la forma en que escribías la última vez que practicabas. Y ahí tengo dos opciones: o escribo de la manera en que tengo la certeza de que se entiende lo que redacto, o hago un intento (seguramente penoso) por darle brillos y matices para ver con qué tontería termino enfrente. Justo hoy platicaba con A. que escribir en conceptos abstractos termina convirtiéndose en una conversación en la que nadie está invitado; yendo más allá, acaba siendo un texto que ni siquiera yo mismo sería capaz de entender en tres años a falta de contexto.

Y entonces leo a gente que está haciendo un intento honesto por construir, enlazar y entretejer sus líneas mejor que antes y una parte de mi aplaude que el intento se siga haciendo, pero otra parte de mi no puede no sentir incomodidad leyendo textos redactados enteramente en voz pasiva, haciendo piruetas con palabras que nadamás le lees a Eduardo Punset, intentando a toda costa metaforizar lo que por sí mismo ya es difícil de entender sin alegorías..

Yo pedí hoy un cappuchino porque hay cappuchinos malos y cappuchinos buenos pero mayormente tu boca sabe qué esperar cuando pides uno. Mientras tanto, en su juventud y jovialidad, A pidió un "Taro Frapé" hecho de nosecuál tubérculo del color de nosecuál fruto, pero que su sabor no era otra cosa que calorías con un toque de mantequilla. (Le amas con toda la fuerza, y este es el tipo de notas que bien podrías evitarte porque seguramente recordarás el cómo le amabas y especialmente el cuánto le amabas hoy).

Y así la vida, Jonathan. No es que se tomen menos riesgos, pero se eligen los riesgos más sensatos. No se deja de vivir con intensidad, mas bien se deposita la intensidad en las cosas en donde vale la pena ponerla. Hoy tenías la certeza de que no vale de mucho poner gran empeño en el laburo, pero vaya que había empeño en exprimirle felicidad a esas calles que has caminado con A.

Nada negativo qué escribir. Que definitivamente sí lo hay, pero ahora mismo estás más feliz de lo que te imaginabas poder ser ya. Vaya que la caída dolerá cuando venga, pero hoy caminabas con una sonrisa que no te quitaba ni dios.