También cerré la cuenta en Facebook. La de Twitter la regalé a un desconocido para su proyectillo de videojuegos. Ahí van mis 2,200 followers ganados palmo a palmo escribiendo estupidez tras estupidez.
El whatsapp no lo desinstalo básicamente por Maga; no tanto porque tenga ánimo de escribirle algo pero tengo la certeza de que a ella le preocupo. La pobre se preocupa cada que le escribo cualquier cosa media ambigua como un "deséame suerte" o un "ya me voy". La quiero un montón.
Creo que eso es todo. Ahora toca sentarse con las manos entre los muslos a esperar a ver qué pasa.
No comments:
Post a Comment