En lo anímico podría extenderme mucho recapitulando todo lo que ha pasado en los últimos 30 días (2). El resumen más justo y concreto es celebrar bajito que se está mejor hoy que hace tres meses, y que el dolor se combate desde varios frentes; hacer ejercicio se está haciendo un hábito riquísimo que sólo podría desaparecer por una lesión. Lograr mis metas en lo laboral y "cumplir" con las expectativas de los demás también aporta; ser engrane no es nunca lo ideal, quede claro, pero atrás quedó la época de cuestionarse si la habilidad estaba en mi. Finalmente la parte social, que es un tema aparte que ahora mismo no está para ser contado.
Sé que cometo un error y que repito patrones del año pasado cuando deposito tanto en un solo recipiente que en ocasiones parece retener y en otras parece derramar. Víctima probable de una era donde las cosas mueren antes de terminar nacer, experimento una angustia pequeñita que ahora mismo estoy disfrutando como se disfruta el padecer lo que en peores universos podría no existir . Difícilmente se espera que la vida nos premie por lo noble que hay en el sentir (3), pero hoy puedo percibir que el dolor que entró en mi casa efectivamente se lo llevó todo en una forma de ventisca: rasgó el papel tapiz que salió por la ventana, se llevó hojas buenas que parecían arraigadas hasta la raíz y me hizo perder todas las fotografías de memorias que pensé que estarían allí siempre. Pero el viento se fue y la responsabilidad de pintar, plantar y reconstruir es mía y no de ella (4), como todo el comienzo de este año pensé. Huir de la infelicidad (5) y construir relaciones sólidas y profundas es cuestión mía. El sentir abrió la puerta de la casa y permitió que cosas muy buenas salieran, pero también es lo que la ha dejado abierta en espera de que incluso mejores cosas habiten aquí.
1. Errores hermosos que cometo aún es contratar personal porque lucen "distintos" y espero de ellos una magia que luego se materializa en personal que golpea a sus gerentes.
2. Esto va desde el verdugo mordaz en que se intentó convertir ella, hasta la llanura fresquísima que ha sido fortalecer una amistad.
3. ¡Sentir! No es una cuestión sencilla que se explique como sinónimo de afecto o devoción; es la euforia cálida de bajar la guardia y reconocer que en compañía se es más. Y tú, lector, ¿sabes de qué hablo?.¿Sientes?.
4. El "ella" que antes aparecía desde el primer párrafo ahora aparece hasta finales. Se está yendo.
5. Aquí mencionar que no sé si el concepto sea saludable per sé. Este año todo va de aprender cosas nuevas, y una de ellas ha sido sentarme con el dolor (¿o en el dolor?) y no juzgarme porque suceda.
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