Monday, January 11, 2016

Caballitos

Hola, Jonathan.

Hoy tuviste el estómago lleno de humo. Hilaste ya varios días -otra vez- en que consumes lo mínimo para llegar de pié al crossfit. Al día de hoy la báscula ya marca 8 kilos menos que cuando comenzaste a escribir de nuevo. Estabas pensando en que quizás debas regalar al perro porque ya no hay el ánimo para pasar tiempo con el. Y del 2015 aprendimos que en condiciones como las de hoy, quienes menos culpa tienen son los demás.

Mañana pasan por el perro temprano.

Algo muy padre del ajedrez es que toda partida la comienzas con la obvia intención de ganar; después pierdes catorce mil partidas y te inclinas más a aprender que a ganar; y en ese trance de aprender acabas cayendo en cuenta que los movimientos que más duelen son las oportunidades que dejaste pasar porque estabas ocupado pensando tres movimientos adelante.
En el 2015 yo comencé con mis caballitos comiéndose el tablero con la certeza que el rival lo único que hacía era mover peones para jugar con sus alfiles, hasta que un día yo perdí a mis alfiles y en un descuido por allí de Octubre perdí también a la reina. Desde entonces en el tablero me quedé con unos caballitos que igual son malísimos para defender nada y buenísimos para ser erráticos.
Cuando juegas mucho ajedrez aprendes que si pierdes a la reina es cuestión de tiempo para también perder lo demás. Entonces hoy quizás me queda un caballito, dos torres que veo los fines de semana (pero una creo haberla perdido recién ayer). Entonces bien, veo el tablero hoy, rodeo un peón con el índice y el pulgar pero después recojo la mano y ahora mismo me debato entre pedir quedar tablas o seguir contemplando el tablero.

Dejaste el escitalopram la semana del 4 de Enero y estás dejando poco a poco el alpra (bajaste de 1mg a .5mg y te sentó fatal de inicio) desde el Sábado 9 posterior al psiquiatra; no es el arrojo ni la valentía, sino que recientemente notaste que ya era muy constante el querer mover algo a la izquierda y terminar moviéndolo a la derecha. O poner la direccional hacia la derecha y dar vuelta a la izquierda. O escribir "te a ti" en lugar de "a ti te". El momento más cabrón fue hace dos días que quisiste quitarte el sweater y las manos comenzaron a desabrochar el pantalón. De esto no he encontrado mucha información en Internet, pero sí creo tener la certeza de que este no era yo antes de iniciar con los fármacos.

El llanto ya se volvió una cuestión de risa. Hoy en un semáforo se detuvieron al lado Víctor y BE y bajaron la ventanilla para hablar algo  y te comenzaron a rodar las lágrimas en automático. Venías de estar cinco minutos estacionado fuera de casa de ella porque el último movimiento en el tablero que decidiste fue básicamente lanzar un caballito y terminar de perderlos todos de una vez.

Uno quisiera pensar que la vida es eso: un juego sesudo de ajedrez con múltiples vertientes y tal. La realidad es que todo esto se parece más a dos novatos jugando billar con un montón de esferas chocando en absoluta estupidez.

No tardes en volver, Jonathan.




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