..como que le dio una ansiedad repentina y decidió salir a correr en compañía de un perro que recién nos había encontrado y que alimentamos con gomitas y chocolates. Corrieron cosa de una cuadra y ella volvió al ciber con sus brazos raspados, su hombro rojo y su espalda herida. Yo me sentí culpable en cierto sentido, uno díficil de explicar. Sentía que debí haber estado ahí, que debí caminar a la esquina a verla correr ..
Fue la última vez que la vi inflingirse una herida a ella misma.
those times ain't coming back.
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