Naty: Hasta hoy, solo tu y Maru saben que estoy aquí. Pero Maru no me lee, así que solo a ti te pido que guardes discreción. Odiaría que J me leyera; experimentaría un placer que no merece.
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Si me preguntas hoy, otra vez te diría que estoy bien. Que me río todos los días, que encuentro placentero el quebranto. Que la virtud transparente de encontrarme limpio me recuerda cada momento que ésto debe valer la pena. Que solo estoy bien, y solo estuve bien.
Por otro lado, Nat, ayer me di cuenta de que no soy feliz. Hay risa, pero no hay esa sensación uniforme de dicha. No hay chispa, no hay magia. No hay una certeza de congruencia con mi Dios (respeta ésto). Te diría que "se la llevó ella", pero imagino que ella tampoco tiene mucho de ésto últimamente.
Y lo sentí abruptamente; como cuando te tientas los bolsillos y te das cuenta que olvidaste tu cartera. O algo así de importante.
En una película del once (el canal del politécnico; ojalá lo pasen en Xalapa) hace 2 meses vi una película de 2 personas que se conocen en un crucero (el flor de mayo); y se enamoran. Ella una dama casada y feliz. Él, un galante gentleman culto y pícaro. Prometen acompañarse mientras dura el viaje, y al final, olvidarse mutuamente. Y cuando llegan al puerto desde arriba del barco terminan su "aventura" (porque ni sexo hubo) con una promesa: Que si pasado 2 meses aún uno amaba al otro, el 7 de Julio estaría en el noveno piso del Empire State esperando al otro. De ésa manera si los dos aún se amaban se encontrarían alli. La película termina y no se encuentran de nuevo; porque él sabía que pasado dos meses ella ni siquiera lo recordaría.
Bueno, le pedí a mi felicidad verme en Julio, y no en Junio como ella "sugería", inspirado completamente por el recuerdo (y el "tip") de la película. No soy precisamente un gentleman. Pero mi apuesta es la misma. Olvido.
2 comments:
chocalas meit.
seeeeeee. otro comentario xDDD
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